Pertenece a una de las familias gitanas que más artistas conocidos ha dado al mundo del flamenco en las últimas décadas: su padre, Pedro Peña Fernández; su abuela, María Fernández Granados; su tío, Juan Peña El Lebrijano. Está, además, emparentado con Fernanda y Bernarda de Utrera. Esto no le ha impedido hacerse un nombre propio en el mundo del flamenco, con un instrumento, el piano, tradicionalmente ajeno a este arte.

Se inicia joven en la música, primero con la guitarra y desde los diez años en el piano, con estudios en el Real Conservatorio Superior de Música. Se abre camino llevando al piano el ritmo flamenco de una manera magistral a la vez que va incorporando nuevos ritmos, influenciados por otros estilos musicales como el jazz, la música clásica impresionista, con ecos de Debussy, o la new age. El propio compositor reconoce que en su formación ha tenido que 'inventar técnica y recursos propios'.

En 1998, publica su primer disco, Orobroy, que recibe la aclamación tanto de puristas como del público y le lleva a una gira mundial, que duró cuatro años en los que recibió numerosos premios. Es el único artista premiado con tres Giraldillos en un solo espectáculo en la Bienal de Flamenco de Sevilla. En el 2001, saca su segundo disco, Sur, grabado en Sevilla, París y Sofía, igualmente sorprendente y aclamado por público y crítica.

Consolida su presencia en los mejores festivales nacionales e internacionales, tanto de flamenco como de jazz, y en los teatros de todo el mundo, en los que comparte escenario con artistas flamencos, desde Lole Montoya a El Pele, pasando por José Mercé, Miguel Poveda, Fernando Terremoto, José Valencia o Inés Bacán, entre otros.

Y con músicos de la talla de Noa, Hevia, Jorge Pardo, Carlos Benavent, Tino Di Gerardo, Keshab Canti Showdhury, Michael Camilo, Chucho Valdés, Randy Newman, Liza Minelli, Gloria Gaynor, Theodosii Spassov, Tomas Gubitsh o Vicente Amigo, por ejemplo. A sus composiciones se han rendido Chick Corea, Ara MaliKian, Yehudi Menuhin, Wim Mertens o Christophe, así como también varias orquestas, entre las que están la Filarmónica de Andalucía o la Nacional de Tokio.

En 2012, saca el disco ¡Sin muros!, en colaboración con otros grandes del flamenco. En 2013, compone Cristo Errante para la Agrupación Musical Cristo de los Gitanos de Sevilla. En 2017, presenta su nuevo trabajo El tiempo por testigo...a Sevilla.

La Diputación de Sevilla le concede la distinción de la Medalla de Oro de la Provincia por su singular repertorio, convertido ya en clásico del flamenco contemporáneo, y por ser creador de un estilo, un concepto, una idea y hasta una escuela de hacer piano flamenco, de la que nos hemos beneficiado todos los sevillanos y que se ha convertido en referente de los pianistas más jóvenes.