La Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl es una sociedad de vida apostólica femenina, fundada en 1633 por el sacerdote francés Vicente de Paúl y por Luisa de Marillac, viuda, como respuesta a la necesidad de organización de la ayuda a los pobres de la parroquia en la que trabajaba Vicente.

Su objetivo ha sido desde su origen dedicarse al servicio corporal y espiritual de los pobres enfermos, sin pretender aprobación de Estado ni de Iglesia, según el pensamiento de que hacer obras de caridad no necesita de permiso. En 1668, recibe la aprobación pontificia y se convierte en la primera sociedad de vida apostólica femenina de la Iglesia Católica. En España, se instalan en 1790 y durante parte de los siglos XIX y XX se hacen cargo de las cárceles de mujeres.

En la actualidad, atienden en todo el mundo comedores escolares y centros para madres y niños lactantes, sanatorios para enfermos de sida, lepra o turbeculosis, desarrollando un trabajo considerado fundamental en la reconstrucción de países afectados por desastres naturales o tras conflictos armados. En los países desarrollados, junto a su función tradicional, se ocupan de lo que denominan ‘los nuevos rostros de la marginación’: drogodependientes, presos, mujeres maltratadas o personas migrantes. Entre los numerosos galardones, cuentan con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, concedido en 2005.

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl regentan en Sevilla el Comedor Social de El Pumarejo y la Cocina Económica Nuestra Señora del Rosario-Comedor Social de Triana. Recientemente realizaron un llamamiento para recabar ayuda, debido al aumento de la demanda que están atendiendo en estos momentos. Brindan ayuda y servicios para que las personas más vulnerables tengan cubiertas sus necesidades más básicas: comedor, ropero, duchas, peluquería, economato y taller, para que dispongan de las herramientas necesarias para prosperar y tener una vida mejor.

Su acción está basada en la justicia social y centrada en la acogida y el acompañamiento de este sector más vulnerable de las personas, contribuyendo a su promoción personal hacia la autonomía y la realización de su proyecto de vida. Una excepcional tarea humanitaria, desarrollada de manera ejemplar durante casi cuatro siglos, desde los valores de la justicia, la paz y la solidaridad, por los que la Diputación de Sevilla les otorga la Medalla de Oro de la Provincia en el Día de la Provincia de 2022.